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Nuestra Casa
Nuestra viña atesora una historia familiar llena de esfuerzo. En 1856, arriban a los márgenes del Lago Llanquihue los primeros abuelos desde su tierra natal en las montañas alpinas de Austria y Suiza. Inicialmente, se afincaron las cercanías del naciente pueblito de Frutillar y recién entrada la década de 1950, nuestros abuelos adquirieron las tierras donde nos encontramos en la actualidad, con el sueño de construir una familia y vivir de la agricultura. Con los años lograron levantar su casa, que hoy es el símbolo de nuestra viña.
Ahora, es uno de sus nietos Claudio López Klocker, quien toma el testimonio, y rompiendo con las ideas tradicionales del campo sureño, un toque de audacia y una pasión profunda por el vino, establece la primera viña y bodega de la cuenca del Lago Llanquihue con la idea de aprovechar las particulares condiciones ambientales para elaborar vinos espumantes con carácter y calidad.
Pasión por las burbujas
Lo que hacemos está marcado por la pasión. En agosto del 2012, en las cercanías de Frutillar comenzamos las primeras pruebas de adaptación de variedades. En abril del 2021 realizamos nuestra primera vendimia, y a comienzos del 2023 lanzamos al mercado nuestra primera línea de vinos que bautizamos Gran Lago. Nos especializamos en la producción de vinos espumantes siguiendo el antiguo método tradicional o champenoise, que nos exige poner atención a muchos elementos, los que van desde el cultivo hasta la vinificación en bodega, procesos que entendemos como un todo armónico e indisoluble, y que se extiende al período de crianza en lías para intentar alcanzar en cada botella nuestra ilusión de calidad, fineza y personalidad.
Entendemos que este proceso nos puede llevar mucho tiempo, pero para nosotros es la única forma de hacer y entender el vino, y de esa manera brindar placer y sensaciones únicas a quienes lo disfruten.
Creamos con la naturaleza
Entendemos el vino como un arte de co-creación, que solo se alcanza trabajando de manera armónica con la naturaleza; seguimos los principios y prácticas de la viticultura regenerativa y vemos la viña como un organismo que está en simbiosis con su entorno natural. Trabajamos para tener un suelo vivo, una biodiversidad vigorosa y queremos ser inspiración para que otros pequeños campesinos de nuestra región vean en la vitivinicultura una oportunidad para mejorar sus vidas y su entorno natural.
Geografía que nos envuelve
Trabajamos en condiciones ambientales muy complejas, pero logramos producir vinos espumantes con clara identidad. La síntesis de nuestro clima son la lluvia y el frío, elementos que nos desafían a multiplicar los esfuerzos para lograr lo que más deseamos: maduraciones lentas y equilibradas. Nuestros suelos son de origen volcánico (trumaos), tiene un buen drenaje y permiten el crecimiento de una nutrida biodiversidad de microorganismos y especies vegetales que acogen nuestros cultivos. Los primeros horizontes de suelo descansan sobre un grueso estrato de cantos rodados de origen fluvio-glacial, que son el resultado de los enormes procesos erosivos que han modelado por miles de años el paisaje de la Norpatagonia chilena.