Nuestra Casa

Somos fruto del empuje de nuestros abuelos Fedérico y Erna. En ellos se mezcla una historia familiar llena de esfuerzo que comenzó en 1856 cuando los primeros abuelos movidos por la necesidad decidieron cruzar en un viaje de meses el Atlántico desde su tierra natal en las montañas alpinas de Austria y Suiza, algunos desembarcaron en lo que hoy es Puerto Montt y otros en Corral. Inicialmente, quienes llegaron desde Europa se afincaron a orillas del Lago Llanquihue y sectores aledaños, y recién entrada la década de 1950, los abuelos adquirieron las tierras donde nos encontramos en la actualidad, con el sueño de construir una familia y vivir de la agricultura. Con los años lograron levantar su casa, que hoy es el símbolo de nuestra viña, la cual atesora el legado de varias generaciones. 

Ahora, es uno de sus nietos Claudio López Klocker, quien toma el testimonio, y rompiendo con las ideas tradicionales del campo sureño, un toque de audacia y una pasión profunda por el vino, da inicio el 2017 una nueva aventura, creando la primera viña y bodega de la provincia de Llanquihue con la idea de aprovechar las particulares condiciones ambientales de la zona de Frutillar para elaborar vinos espumantes de gran calidad que sean fiel reflejo del terroir.

Pasión por las burbujas

Lo que hacemos está marcado por la pasión. A partir del 2021, haremos nuestros primeros vinos siguiendo el antiguo método tradicional o champenoise, usando la maravillosa Pinot noir, que nos obliga a poner atención en muchos factores y elementos, tanto en su cultivo como en la vinificación en bodega, procesos que entendemos como un todo armónico e indisoluble, y que se extiende al período de crianza para intentar alcanzar en cada botella nuestra ilusión de calidad, fineza y complejidad.

Entendemos que este proceso nos puede llevar mucho tiempo, pero para nosotros es la única forma de hacer y entender el vino, y de esa manera brindar placer y sensaciones únicas a quienes lo disfruten.

Creamos con la naturaleza

Entendemos el vino como un arte de co-creación, que solo se alcanza trabajando de manera armónica con la naturaleza; seguimos los principios y prácticas de la agroecología, pensamos en la viña como un organismo que está en simbiosis con su entorno natural, manteniendo y mejorando los recursos naturales que nos dan sustento. Aspiramos a ser actores relevantes del desarrollo rural y del mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad en que estamos insertos, y buscamos ser inspiración para que otros pequeños campesinos de nuestra región vean en la vitivinicultura una oportunidad para mejorar sus vidas y entorno.